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Un capitán de la FAP estaría implicado en el robo a aviones, dice el Gral. Luis Noceda

Mafia de "alto vuelo" tiene tentáculos en la Fuerza Aérea Paraguaya

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué reacción ha provocado en la Fuerza Aérea el robo de piezas de aviones?

 

Mucha gente dice que acá se han robado repuestos; en realidad, creo que ese no es el término concreto sino el de robo de piezas de aero­naves que fueron incautadas en diversos procedimientos realizados por la Senad. En su mayoría, se trata de aviones que se encuentran en desuso por el paso del tiempo. Hay que recordar que algunos se encuentran en el mismo lugar hace más de 15 años.

 

¿En qué lugar específico se encuentran esos aparatos?

 

Están en un depósito especial dentro de la Fuerza Aérea, cono­cido como cementerio de aviones.

 

¿Qué utilidad tendrían las pie­zas robadas?

 

Pueden ser utilizadas como re­puestos de máquinas similares a las incautadas o bien destinarse a fundiciones para ser aprovechada la materia prima, especialmente el aluminio que contienen las hélices.

 

¿Qué impresión le causa el robo dentro de la institución militar, donde debería existir el máximo de seguridad?

 

Consideramos como un hecho ilícito dentro de nuestra institución. Los aviones no fueron depositados aquí para ser robados.

 

¿Cuál es la calificación formal del caso?

 

Hemos comprobado que se tra­ta de robos en serie de partes de aeronaves en desuso que fueron incautadas en diversos procedi­mientos por parte de la Senad.

 

¿Cómo fue que trascendió el robo, más aún en una unidad mi­litar, donde se sabe que muchos delitos son ocultados antes que ser denunciados?

 

Tuvimos conocimiento de este hecho concreto en diciembre del año pasado.

 

¿Qué hicieron al respecto?

 

Como primera medida, hemos llevado a cabo una investigación minuciosa con el apoyo de la tec­nología, específicamente cámaras filmadoras instaladas en todo el predio de la Fuerza Aérea , y así hemos detectado movimientos raros de un personal de la Fuerza Aérea a quien comenzamos a se­guir y se convirtió en el sospechoso número uno.

 

¿Cuántos cayeron al final?

 

Son unos cuantos. Hay que tener en cuenta que no sólo acudimos al apoyo de la tecnología sino también actuamos en base a declaraciones de personas que alegaron tener co­nocimiento del hecho. Fue así como inicialmente cayó uno, después ese uniformado se encargó de echar a otros más, y finalmente sabemos que cinco son los personales de la Fuerza Aérea sospechosos de ser responsables directos de los robos.

 

Entonces hubieron varios robos.

 

Asimismo, estamos hablando de una serie de actos ilícitos donde está involucrado directamente per­sonal militar.

 

¿Cómo se explica que se ha­yan vulnerado los sistemas de control de una institución donde la seguridad es inherente a su propia existencia?

 

Nosotros establecemos nuestra seguridad para resguardarnos de amenazas externas, no preci­samente de amenazas internas. Es como que en nuestras casas tenemos que poner un servicio de seguridad para que no se entre a nuestro domicilio, y que sin embar­go, nuestra propia familia o, en este caso específico, nuestro propio per­sonal de seguridad, esté robando.

 

¿Qué impresión le causa el escándalo suscitado a raíz del caso?

 

Con el dolor en el alma hemos tomado conocimiento del hecho. Nos sorprendió, realmente.

 

¿Cuál fue la primera reacción?

 

Tomamos las medidas corres­pondientes. Se inició un sumario, teniendo en cuenta que había sospechas de delito, y derivamos el caso a la Justicia Militar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se está hablado de hechos concretos.

 

Asimismo. Tenemos pruebas fehacientes, muy evidentes, de que las cinco personas que se desem­peñaban como personal militar, fue­ron las responsables de los robos.

 

¿Qué objetos fueron robados específicamente?

 

Antes de que yo asumiera el cargo de comandante, cuando desempeñaba mis actividades en el Centro de Altos Estudios Estra­tégicos, ya se rumoreaba por ahí que en la Fuerza Aérea se estaban robando partes de aeronaves. Eran comentarios de pasillos. Lo cierto es que realmente desaparecían piezas que en su mayoría eran inservibles como repuestos.

 

Sin embargo, lo mismo se ro­baban.

 

Claro. Algunos personales admi­tieron después que llevaron de acá ciertos instrumentos como demos­tración o recuerdo.

 

¿Solo eso se robó?

 

No. En el año 2010 se llegó a robar un motor de avión.

 

¿Se aclaró ese caso?

 

Se hizo una investigación, pero no concluyó felizmente, en el sen­tido de que no se llegó a identificar debidamente a los responsables.

 

La causa quedó entonces en el opareí.

 

No. En estos momentos tengo a mano un informe que indica detalles sobre el destino de ese motor, y es­tamos trabajando para recuperarlo muy pronto.

 

¿Cómo ha afectado la moral de los oficiales y soldados el hecho de que la unidad esté en la mira por sucesivos casos de robo?

 

Caló hondo y causó mucha preocupación, por eso estamos trabajando a fondo con el tema de la moralización de la Fuerza, partiendo del hecho de que un robo no puede formar parte de la rutina común de una institución de las Fuerzas Armadas, y que no sólo debe ser erradicado de raíz cualquier delito sino también las inconductas del personal.

 

¿Qué tipo de aeronaves han sido las afectadas?

 

Las que están aquí son aviones de transporte liviano, monomotores o bimotores.

 

¿Durante su gestión de mando se ha registrado algún robo?

 

Sí. Estando yo de comandante se han robado piezas de una aeronave monomotor. Eso ocurrió un viernes de diciembre pasado, y el lunes siguiente se tuvo conocimiento del hecho luego de cotejar imágenes de nuestras cámaras de video. Fue así cómo llegamos a un personal militar, que por ahora surge como único sospechoso del caso.

 

Robar un motor no podría ha­cerlo solo un personal.

 

En este caso específico se trata, por ahora, de solo un militar imputa­do a quien se observa trasladando el motor desde el depósito hasta el puesto de control de salida, donde un guardia se percata y tras pregun­tarle al personal recibe la contes­tación de que el motor en cuestión debía ser sacado para reparaciones.

 

¿El sospechoso es un perso­nal de alto rango?

 

Es un suboficial al servicio de la Fuerza Aérea, quien está debi­damente identificado y puesto a disposición de la Justicia Militar. Ese personal está ahora con prisión pre­ventiva, y confesó que vio el motor en cuestión, del cual se apoderó ayudado por otros personales que ya han declarado en la causa, tras lo cual se determinó que existen cinco responsables directos de los robos de piezas de aeronaves dentro del predio de la Aeronáutica militar.

 

¿Podría hablarse de una cone­xión mafiosa destinada a obtener piezas de aviones para ofertarlas en el mercado negro, de donde se surten las organizaciones criminales?

 

Hay un personal, el nombre no quiero dar por un acuerdo de confidencialidad como parte de la investigación, que llamó para informar que uno de esos cinco sospechosos le había entregado una hélice que, según dijo, se trata de una pieza robada de los avio­nes incautados por la Senad que se encuentran en el predio de la Fuerza Aérea. Se verificó la hélice y se comprobó que efectivamente se trata de la hélice de uno de los aviones afectados por los robos de piezas. A esta conclusión llegamos luego de verificar el documento de venta y los números de serie, que coinciden con los de una de las aeronaves incautadas.

 

¿Identificaron al comprador?

 

Es empleado de un taller particu­lar, está identificado y a cargo de la Justicia Militar.

 

Si hay oferta es porque hay de­manda, y esta sería la motivación de los robos ¿no le parece?

 

Efectivamente, aunque hay que tener en cuenta que muchas piezas de los aviones han quedado inservi­bles como partes del motor, cubier­tas, etc., pero también es cierto que otras partes como las hélices, que se sabe tienen un alto costo, con un poco de mantenimiento pueden quedar a punto y ser utilizados como repuestos. Por todo esto, considero que efectivamente hay una demanda que motiva los robos.

 

¿Qué hacen ustedes para identificar también las conexio­nes externas y eventualmente desbaratar la acción de posibles

organizaciones mafiosas dedi­cadas a este tipo de negociado?

 

Nuestro interés inmediato consiste en moralizar al personal de la Fuerza Aérea. Con respecto a su pregunta, aquí mismo tengo a mano un informe de inteligencia sobre datos de perso­nas que tienen conocimiento sobre el robo de motor ocurrido en el 2010. Estamos haciendo el debido segui­miento del caso, y es por eso que había dicho hace rato que tenemos datos sobre ese motor y queremos recuperarlo. En este caso también está involucrado personal militar.

 

¿Qué otros datos tiene el in­forme?

 

Pide que se investigue a un capitán que estaría en conocimiento del caso, e incluso señala el nombre de un personal de la Fuerza Aérea que sabe dónde se encuentra el motor robado.

 

¿Qué garantías ofrece usted en el sentido de que este tipo de hechos no volverá a repetirse en algún momento?

 

Ya hemos tomado las medidas correspondientes. En ese sentido, debo informar que el predio donde están las aeronaves ha sido cerca­do, se está viendo la construcción de una garita como corresponde, como las que tenemos en el polvo­rín con su baño y otras comodida­des propias, iluminación reforzada y personal de guardia específico.

 

¿Cree que con eso es sufi­ciente?

 

Bueno, hemos visto que el propio personal encargado de la seguridad de esas aeronaves está implicado en el robo de piezas, lo cual nos cuesta asimilar, pero hemos co­menzado por reconocer los hechos y de ahí partimos para trabajar en base a la realidad que nos toca vivir.

 

¿De cuántas aeronaves esta­mos hablando, general?

 

Son más de 20 máquinas, algu­nas de ellas prácticamente inservi­bles por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, mientras otras tantas se encuentran en el sector de la 1ª Brigada Aérea y con un poco de cuidado podrían ponerse nuevamente en funcionamiento.

 

DETALLES DE LOS ROBOS EN LA FAP

 

El supercustodiado patio central de la sede del Comando de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) fue escenario de varios robos de piezas de aviones en donde uno de los últimos hurtos se registró en diciembre del año pasado. He aquí algunos datos relacionados a los robos en el predio de la FAP, que se encuentra frente al parque Ñu Guazú

 

Objetos robados:

 

a) Motor de avión identificado como Lycoming N° de serie L-15439-48A

b) Hélices y otras partes de aeronaves diversas

Tipos de aviones afectados por los robos:

a) Pipper Lancer

b) Se encuentran en etapa de identificación

 

Escenario del hurto:

 

Patio del Comando de la Fuerza donde se encuentran estacionados varios aviones.

Valor aproximado del motor robado: 200.000 dólares

Valor aproximado de las hélices: Se desconoce

 

Fechas de los robos:

 

a) El motor del Lycoming fue robado en la madrugada del sábado 21 de diciembre del 2013

c) Las otras fechas de los robos están siendo investigadas en la Justicia Militar

 

Detenidos:

a) Sargento Ayudante Técnico (Satec) Jorge Coronel Alfonso

b) Sargento Ayudante Técnico (Satec) Derlis Alcides Giménez 

 

 

INVESTIGACIÓN Y

ENTREVISTA:

Periodista

Esteban Acevedo Flor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mafia de “alto vuelo” tiene sus tentáculos en la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) y un capitán de la institución está implicado en los robos a aviones, declaró a Zeta Investiga el comandante del arma, Gral. Luis Noceda. El alto jefe militar admitió que las piezas arrancadas a las ae­ronaves formarían parte de transacciones entre miem­bros de grupos criminales y comerciantes del mer­cado negro que estarían vinculados a terroristas o delincuentes interna­cionales. A continuación, se reproduce el texto de entrevista con el general Noceda, actual comandan­te de la FAP, con relación a los robos registrados en la institución a su cargo.

“El alto jefe militar admitió que las pie­zas arrancadas a las aeronaves formarían parte de transaccio­nes entre miembros de grupos criminales”

“El alto jefe militar admitió que las pie­zas arrancadas a las aeronaves formarían parte de transaccio­nes entre miembros de grupos criminales”

Creado por Revista Zeta

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